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Washington, D.C. El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, anunció este viernes la imposición de aranceles suplementarios del 100% sobre China a partir del 1 de noviembre, desatando una nueva y abrupta escalada en la disputa comercial entre ambas potencias. La medida responde a los controles que el gigante asiático anunció sobre sus exportaciones, calificados por el mandatario estadounidense como “extraordinariamente agresivos”.
En su red social Truth Social, Trump indicó que, simultáneamente, Washington impondrá sus propios controles sobre las exportaciones de software de importancia estratégica a partir del mismo día.
El presidente estadounidense criticó duramente la postura de Beijing: “Se acaba de conocer que China ha adoptado una posición extraordinariamente agresiva sobre el comercio, con el envío de una carta extremadamente hostil al mundo, declarando que a partir del 1 de noviembre de 2025 iban a imponer controles de exportación a gran escala sobre prácticamente todos los productos que fabrican… Esto afecta a TODOS los países, sin excepción, y es absolutamente inaudito en el comercio internacional”.
Restricciones sobre Tierras Raras
La decisión de Trump se produce después de que el gobierno chino restringiera el acceso a las tierras raras—minerales cruciales para la fabricación de productos de alta tecnología como computadoras, chips y electrónica. Beijing exigiría a las empresas extranjeras una aprobación especial para exportar estos elementos. Trump afirmó que China está “volviéndose muy hostil” y mantiene al mundo “cautivo” al restringir el acceso a estos metales.
Debido a esta escalada, Trump canceló el encuentro que tenía programado con el líder chino, Xi Jinping, en la cumbre de la Cooperación Económica Asia-Pacífico (APEC), que se celebrará entre el 31 de octubre y el 1 de noviembre.
Contexto Político y Comercial
El presidente también cuestionó el timing del anuncio de China, que coincidió con el alto el fuego mediado por él mismo entre Israel y Hamás. El mandatario calificó la medida sobre las tierras raras como “especialmente inapropiada”, y planteó la posibilidad de que China intentara robarle el momento por su papel en el acuerdo de paz, declarando: “Me pregunto si ese momento fue casual”.
Esta nueva disputa rememora el inicio de la guerra comercial, cuando los aranceles recíprocos se dispararon a niveles que prácticamente bloquearon el comercio. Aunque las tasas se habían reducido para permitir negociaciones, persisten las diferencias sobre el acceso a las tierras raras, las restricciones de EE. UU. a la importación de chips avanzados, la venta de soya y una serie de tarifas portuarias.