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EGIPTO. El gobierno de Egipto responsabilizó formalmente a Etiopía por las recientes inundaciones que afectaron esta semana a las provincias de Beheira y Menoufia, en el norte del país. Según El Cairo, los niveles inusualmente altos del río Nilo se deben a una gestión deficiente de la Gran Presa del Renacimiento (GERD), recientemente inaugurada por Etiopía en el Nilo Azul.
Las crecidas han provocado la inundación de tierras de cultivo y viviendas en diversas aldeas, muchas de ellas construidas sobre el delta. Videos difundidos en redes sociales mostraron a residentes de Menoufia caminando entre aguas que superaban la cintura. Las autoridades locales en Ashmoun han instado a agricultores y familias a evacuar. De momento, se desconoce el alcance total de los daños, y las autoridades de Menoufia no han emitido una declaración oficial sobre las afectaciones.
El Ministerio de Recursos Hídricos y Riego de Egipto emitió un comunicado calificando las acciones de Etiopía como «medidas unilaterales imprudentes» en la gestión de una presa que consideran «ilegal» y violatoria del derecho internacional. El comunicado subrayó que la decisión de Etiopía representa una «amenaza directa para las vidas y la seguridad de los pueblos de los países aguas abajo», reiterando la postura de Egipto contra el proyecto.
Etiopía, por su parte, rechaza categóricamente las acusaciones. El gobierno etíope sostiene que la GERD, la mayor presa del continente africano con un costo cercano a los 5,000 millones de dólares, no solo busca duplicar su capacidad de generación eléctrica, sino que, en realidad, ha servido para «reducir el efecto catastrófico» que las crecidas habrían provocado en la región. El proyecto, ubicado cerca de la frontera con Sudán, ha sido objeto de una disputa diplomática de años, ya que Egipto y Sudán denuncian que viola sus derechos históricos sobre el río.
La emergencia no se limitó a Egipto. Las inundaciones también golpearon a Sudán, donde la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) reportó que cerca de 100 hogares en Jartum quedaron sumergidos, obligando a decenas de familias a evacuar. Ante la crisis, Egipto anunció que se vio obligado a liberar agua de la presa de Asuán, en el sur del país, debido a su incapacidad para contener los grandes volúmenes de agua que llegaban desde la presa etíope.