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Ciudad del Vaticano. La Guardia Suiza Pontificia celebró hoy la solemne ceremonia de juramento de 27 nuevos soldados, un evento marcado por un hecho histórico: la presencia del Papa León XIV. Este es el primer juramento presenciado por un Sumo Pontífice reinante desde 1968, subrayando la alta relevancia del acto para la Iglesia Católica.
El evento, que se llevó a cabo en el Patio de San Dámaso del Palacio Apostólico, estaba originalmente programado para el 6 de mayo, pero fue pospuesto tras el fallecimiento del Papa Francisco el 21 de abril. La asistencia de León XIV, quien ocupó un lugar destacado durante el acto, fue resaltada por el comandante de la Guardia Suiza, Christoph Graf, como un momento de gran significado y una reafirmación del valor del cuerpo militar activo más antiguo del mundo.
Los nuevos alabarderos, ataviados con sus yelmos y corazas tradicionales, desfilaron ante las autoridades vaticanas, la presidenta de la Confederación Suiza, Karin Keller-Sutter, quien encabezó la delegación helvética, y sus familiares.
¿Cómo se realizó el juramento?
Uno a uno, los reclutas proclamaron la fórmula tradicional de compromiso: “Juro servir fiel, leal y honradamente al pontífice reinante, León XIV, y a sus legítimos sucesores, y dedicarme a ellos con todas las fuerzas, sacrificando si es necesario mi vida en su defensa”. Sellaron este compromiso tomando el estandarte de la Guardia con la mano izquierda y alzando la derecha con tres dedos, en señal de respeto a la Santísima Trinidad.
Además de la solemnidad del juramento, la ceremonia introdujo una novedad significativa: los guardias estrenaron un nuevo uniforme de representación. Según explicó el comandante Graf, este diseño, inspirado en modelos del siglo XIX, se utilizará en recepciones, cenas oficiales y visitas a embajadas, y solo se han confeccionado nueve ejemplares con un costo aproximado de EUR 2.000 cada uno.
del Papa León XIV, dirigió un mensaje de gratitud y aliento a los nuevos miembros, exhortándolos a perseverar en la fe y la unidad, y a ser modelos de caridad dentro de la Curia Romana. Asimismo, les recordó la importancia de cultivar su vida interior para enfrentar los desafíos de la sociedad actual, como las tensiones económicas y la revolución digital.