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El rapero y empresario Sean Combs, conocido artísticamente como Diddy, fue sentenciado a cuatro años de prisión y una multa de 500.000 dólares, la máxima permitida, tras ser declarado culpable de dos delitos federales. La sentencia fue dictada este 3 de octubre, tres meses después de que un jurado popular lo encontrara responsable de transporte para ejercer la prostitución luego de un juicio de siete semanas que concluyó en julio. Esta pena busca ser ejemplarizante en el castigo de los abusos contra las mujeres.
Combs, de 55 años, compareció ante el juez Arun Subramanian para conocer su destino. El jurado lo había declarado culpable de los dos cargos de transporte para ejercer la prostitución, los cuales conllevaban una pena máxima de hasta diez años de cárcel por cada uno. Aunque el rapero se enfrentó a cargos más graves, como tráfico sexual y liderar una organización criminal que podían significar cadena perpetua, el jurado no pudo demostrar estos últimos. No obstante, el juez indicó haberlos considerado al determinar la sentencia final.
El juez Subramanian justificó la severidad de la pena impuesta, señalando que el tribunal «no tiene la certeza» de que Combs, si fuera puesto en libertad, no reincidiría. «Se debe imponer una pena considerable para enviar un mensaje tanto a los agresores como a las víctimas de que el abuso contra las mujeres se castiga con verdadera responsabilidad», afirmó el magistrado.
En su alegato final ante el tribunal, Combs asumió la responsabilidad de sus acciones. «No tengo a nadie a quien culpar más que a mí mismo. Sé que nunca volveré a levantarle la mano a otra persona. Sé que he aprendido la lección», declaró el músico, pidiendo perdón a sus víctimas, en especial a su exnovia y principal testigo de cargo, Casandra Ventura. Combs solicitó la oportunidad de «volver a ser padre» y «líder en [su] comunidad», argumentando que estaba dispuesto a recibir la ayuda necesaria para convertirse en una mejor persona.
A pesar de la solicitud de clemencia y los argumentos de la defensa sobre su redención, el juez Subramanian rechazó la idea de una sentencia más leve. El magistrado consideró que los delitos por los que fue declarado culpable constituyen «delitos graves que causaron un daño irreparable a dos mujeres». Subramanian desestimó la defensa que presentaba a Combs como un «simple cliente» ocasional de servicios de prostitución, afirmando que el rapero era «más que eso» en el contexto de la explotación. Con esta sentencia, el juez dictaminó un castigo sustancial para el magnate de la música.