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Santo Domingo. – La diva puertorriqueña Ednita Nazario, conquistó el escenario del Teatro Nacional Eduardo Brito, la noche del domingo donde puso punto final a su gira «Desamor » con un concierto cargado de pasión, fuerza y confesiones desde el corazón.
Ante un público ansioso en su mayoría mujeres que estalló en un coro unísono cuando abrió el telón de la sala Carlos Piantini, donde Ednita irrumpió con “Vengada”, marcando el inicio de un viaje emocional, acompañada de su banda, mostrando una energía arrolladora y una fuerza interpretativa, la artista dejó claro por qué sigue siendo una de las voces más potentes del género balada y pop-rock en español.
Un repertorio para sanar o reabrir heridas. Uno a uno fue llegando los clásicos que han convertido a Ednita en una leyenda del desamor: “Más mala que tú”, “El peor amante”, “Si yo te amaba”, “Llorar por ti”, “Qué va a ser de mí”, “Devuélveme la vida”, “Lo que son las cosas”, “Como antes”, entre otros temas que el público cantó con una entrega total.
La emoción alcanzó su punto más alto cuando invitó al escenario al dominicano Frank Ceara para interpretar juntos “No me mires así”, tema compuesto por él para Ednita.
Tras la ovación, ambos se regalaron elogios llenos de complicidad y recordaron la larga amistad que los une. Ednita no dejó pasar la oportunidad para destacar el talento de Ceara como compositor, autor también de la exitosa temac “Atada a tu volcán”.
Visiblemente conmovida, Nazario expresó su alegría por cerrar la gira en un país que considera “uno de los lugares más hermosos del planeta” y al que la unen grandes amistades.
Su carisma, acompañada de dos bailarines, coristas y una banda de cuatro músicos con un sonido impecable, la reafirmaron como la showwoman que es.
Con tres cambios de vestuario y una pantalla gigante que alternaba corazones latiendo, olas que parecían tragarse al público y fuego que incendiaba la atmósfera, Ednita ofreció una puesta en escena impecable.
Durante dos horas de entrega completa, la estrella se despidió dejando al público con ganas de más y agradeciendo, una vez más, el cariño de los dominicanos.
Con tres cambios de vestuario y una pantalla gigante que alternaba corazones latiendo, olas que parecían tragarse al público y fuego que incendiaba la atmósfera, Ednita ofreció una puesta en escena impecable.


